A toda prisa se me va acabando la temporada de baloncesto. Casi ha pasado un mes desde mi última entrada al respecto y no he encontrado tiempo para reseñar lo que va ocurriendo con el equipo desde entonces. Nos hemos inscrito en la liga de primavera municipal para equipos Junior (categoría superior por edad) para mantener algo de tensión en los chicos hasta final de temporada.
Reseñaré aquí los tres partidos que he podido disfrutar del banquillo éstas semanas:
Nervios
Tras casi un año, me tocaba dirigir un partido. Plantilla al completo y motivada, rival con varios jugadores de calidad y conocidos. Todo se conjuró para que la experiencia fuese un gustazo.
Mucha intensidad, tensión competitiva, buen ritmo de partido, marcador apretado y varias jugadas de mérito nos llevaron a unos segundos finales dignos de ACB con carrusel de tiempos muertos, cambios de balonmano y... ¡prórroga! (por fallar un tiro libre).
En el tiempo añadido, más de lo mismo para acabar ganando por un puntito. ¡Gloria bendita de partido!
Un Yogur Caducao
Tenía el cuerpo muy perjudicado por causa de un mal yogur de kiwi. Estuve tentado de no hacer acto de presencia, pues no las tenía todas conmigo en cuanto a mis aptitudes aquél día. Pero no hubo mayor problema.
Ésta vez tuvimos bastantes bajas (una por falta de DNI, que tiene narices). El rival, muy conocido (C.B. Maristas). El partido en sí, un nuevo ejemplo de que:
- No metemos un tiro de más de 3 metros.
- Sólo funcionamos cuando nuestra defensa entra en combustión.
- Defendemos mal las continuaciones.
Orgullo
Mi último partido. Apenas 8 jugadores. Un árbitro que no pita nada. Rival más fuerte y físico que defiende en zona cerradita... ingredientes para que salga un partido bronco. Y pudo ser un partido realmente desagradable. Pero mis chicos no cayeron en esa trampa.
El pobre árbitro no pitaba/veía _nigún_ contacto como falta. Los que no hayan jugado a esto no entenderán lo difícil que es mantener la cabeza en su sitio cuando acción tras acción uno se va llevando golpes y el árbitro no se entera de nada. Lo más habitual en esta tesitura es que uno se dedique a pelearse con el árbitro y acabe tomándose la revancha despachándose a golpes con el rival en defensa.
Sin embargo mis chicos son extraordinarios. Ni una falta desmedida. Una sola queja reseñable (con motivo, pero que fue castigada con un ratito de banquillo). La madurez e inteligencia que demostraron como equipo sobreponiéndose a las circunstancias para centrarse en lo que sí podían controlar fueron notables.
Como despedida no me regalaron una victoria virtuosa. Me regalaron algo mucho mejor: un partido lleno de respeto por este juego y por los valores que he tratado de transmitirles a lo largo de éstos tres años maravillosos.
Gracias.
2 comentarios:
Respecto a lo del yogur, si huberas escuchado las sabias palabras de este cantante, quizás te lo habrías pensado antes de comertelo:
http://blogs.los40.com/andaya/2011/04/18/cancion-friki-del-dia-el-yogur-caducado/
@Marno: Pues sí. Me lo hubiese pensado mejor (hay gente con muuuucho tiempo libre).
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