13 oct 2010

Mensajes, Percepciones y Errores

Hoy tengo muy mal cuerpo. Esta vez no es por causa de agobios cotidianos o "La Fin del Mundo" que tanto me preocupa últimamente. Ni siquiera por la muerte de Manuel Alexandre, personaje imprescindible y entrañable que echaré mucho de menos y al que pensaba dedicar la entradilla de hoy.

Mi mal cuerpo de hoy es por uno de mis chicos.


<ANTECEDENTES>
No es ningún secreto que mi gran pasión es el baloncesto. Pero, como casi siempre, mi pasión no se vió acompañada por mi talento. Ésta falta de cualidades la suplía con derroche físico (tenía buenas piernas) y muchas ganas.

Pero cuando las piernas me dejaron de funcionar mejor que a los demás, ni las ganas me llegaban para aportar demasiado en mis equipos. Fue entonces cuando empezó mi transformación a entrenador.

Lleva tú los cambios, anda.
Me decían los compañeros (normalmente no teníamos entrenador). Desde entonces (y ya han pasado unos cuantos años) me encontré asumiendo, casi sin querer, labores de dirección de partido en los distintos equipos de los que formaba parte.

Hace tres años di mi primer paso para convertirme en entrenador "de verdad". Y el resto ha sido más o menos contado por aquí.

En todo este tiempo he cometido muchísimos errores de todos los colores. He tenido que tomar decisiones difíciles (cortar jugadores el años pasado fue muy doloroso). También me ha tocado vivir situaciones difíciles dentro de los equipos por circunstancias personales de los jugadores, algunas muy difíciles (especialmente la de Jesús León).

Todas éstas vivencias han ido dejando sus huellas en mi.
</ANTECEDENTES>

Hoy me han comunicado que uno de los jugadores ha decidido dejarlo. Ha sido un palo. Por la noticia y por la forma. Uno de los miembros del núcleo del equipo los años anteriores, le cogí un cariño especial por su carácter noble y solidario.

En esos dos años, el chaval fue perdiendo efectividad en la pista por cuestiones puramente físicas. Éstas limitaciones se han sumado este año a las que impone el cambio de categoría y se le estaba haciendo duro.

A pesar de ello siempre he creído en él. He intentado, dentro de mis propias limitaciones, apoyarlo y guiarlo para mejorar esa condición física que no le permite rendir como puede y para mejorar su calidad de vida.

Pero algunos de éstos mensajes se perdieron por el camino. Otros no se expresaron con claridad. Otros se entendieron de forma parcial. Otros, realmente vejatorios, jamás se emitieron.

El caso es que, mi jugador (porque, para mí lo sigue siendo) y su familia llegaron a dolorosas conclusiones sobre su lugar en nuestro equipo y mi actitud personal hacia él. Esas conclusiones y no otros motivos, son las que lo han llevado a tomar la decisión de dejarnos.

Lo siento profundamente. Por la decisión que ha tomado. Por la forma en la que ha llegado a ella. Porque la ha tomado basándose en argumentos que no son ciertos. Pero sobre todo, lo siento por el dolor que siente y por su sensación de rechazo.

El amigo Selu me dice que si tengo la conciencia tranquila, no debo darle más vueltas. Pero, teniendo esa conciencia tranquila, no puedo dejar de darle vueltas al asunto. ¿Pude controlar mejor mis mensajes? ¿Debí enfocar el problema de otro modo? ¿Presioné al chico demasiado?

Ojalá reconsidere su decisión. Sea como sea, tengo que decir que le aprecio. Que le respeto. Que lo echo de menos cuando no está. Que creo en él.

Hoy tengo muy mal cuerpo. Y me durará un tiempo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡ay amigo, los efectos colaterales del cargo! Al final la Gemio va a tener razón. Lo que buscan estos muchachos viene a ser lo que llaman amor. A estas edades es muy fácil confundir lo que viene siendo el papel de entrenador con el de cariñoso progenitor. Todo el mundo tiene derecho a sentirse incomprendido y a externalizar sus pequeños fracasos. No sé si probaste a preguntarle que qué esperaba de ti, y dicutir posteriormente si eso era posible. Aunque tal vez el problema estaba más arriba...

Por otro lado, no creo en lo de la conciencia tranquila: todos los delincuentes la tienen. Es lo primero que te dicen. Busca otros parámetros

Grifo

Unknown dijo...

@Grifo: Efectivamente, lo del poder y la responsabilidad.

Y algo de razón tiene la Gemio (aunque me cueste reconocerlo) con lo del cariño y la aceptación.

En cuanto a lo de hablar con él, no se ha dado la oportunidad, pero me encantaría.

Heart of Meeple dijo...

Sigo pensando que si tienes la conciencia tranquila, que si has actuado con respecto a tus principios, a los principios de siempre, no deberías darle tantas vueltas.

Es una putada, sí. Pero no son las formas de él, de llegar un día y decirtelo así sin más. Lo primero que deberían haber hecho es acercarte a ti y preguntarte que si habías dicho eso.

Y no te agobies, que estas haciendo un gran trabajo ;)

PD: Borrame el comentario de antes xD

Unknown dijo...

Gracias Selu.