31 jul 2009

¿Su perro muerde?

El Cairo, 1986
Por aquel entonces, cuando no estábamos en clase, llevábamos un nivel de actividad frenético. Sobre todo haciendo deporte (baloncesto, fútbol, atletismo, natación, tenis...).

En casa, pasábamos pocos ratos de ocio. Cuando lo hacíamos, nuestros juegos más habituales eran la brisca, la pocha (fuente de gozo inagotable), el monopoly o partidillos de futbol con una pelota de tenis en el larguísimo pasillo del piso...

No teníamos ordenador y había muy poco decente (p.ej. Yes, minister) que ver en las cadenas de televisión disponibles. Por ello nos hicimos con el santo grial de los 80: Un video VHS. Nos apuntamos al videoclub más cercano y empezamos a tragarnos películas como mulos. Muchas de ellas eran estrenos recientes (Batman, Biggles, etc.) que veíamos en versión original con subtítulos en Japonés o similares.

Pero un día escogimos algo desconocido para mi hermano y yo: La pantera Rosa ataca de nuevo. Como todos los niños de la época, conocíamos los dibujitos animados de Clouseau. No teníamos ni idea de su origen. Tampoco conocíamos a Peter Sellers.

Los que me conocen saben que uno de mis rasgos más acusados es la risa. Me río muy a menudo y de forma muy intensa. Pues bien, aquella fue la primera vez en que recuerdo haber llorado de la risa. Entre la genialidad del personaje, el absurdo de las situaciones y la maestría de Sellers el cóctel me reventó las costillas. Verbigracia:

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