Desde tiempos antiquísimos, los seres pensantes se han planteado hasta qué punto el mundo, tal y como lo percibimos, es real. ¿Existe el mundo? ¿Vemos todos los mismos colores? ¿Es todo imaginación?
Más tarde, el estudio de las alucinaciones, trances y demás fenómenos de alteración de la percepción humana, reavivaron los debates en torno a planteamientos filosóficos profundos sobre la naturaleza de nuestra realidad. Más de un genio creador se ha forjado jugando a mezclar lo real con lo irreal (Dalí, Philip K. Dick, Lewis Carrol ...).
Con el paso del tiempo y el dedicado esfuerzo de muchos seres pensantes, este tipo de preguntas se pudieron llevar un paso más allá. Hoy todo el mundo (al menos el mundo que accede a un blog) conoce el término realidad virtual, concepto popularizado sobre todo a través del cine.
Antes de Matrix. Antes de las decepcionantes Johny Mnemonic, o El Cortador de Césped. Antes incluso de la muy inquietante Proyecto Brainstorm. Antes que todas ellas, fue TRON.
La primera película en la que se recurrió a la realidad virtual. La historia estaba más que trillada (héroe lucha en ambiente desconocido y hostil contra un malo malísimo) pero resultaba admirable el uso de animaciones asistidas por computadores teniendo en cuenta los medios de la época (1981), Aunque han envejecido, muchos hemos soñado con montar aquellas motos (no tanto con los trajes). Alguno incluso se metió a diseñador motivado por la película.
¿Por qué recuerdo TRON ahora mismo? Pues porque los ochenta vuelven pegando fuerte y se acerca el estreno de su continuación/remake: Tron Legacy.
slurp....
2 comentarios:
Ya lo vi hace tiempo, en un screener de un festival... está chulo... a ver qué tal el guión, que últimamente está la cosa muy mala.
Por ahora la veo entrando en la categoría: "Pelis que ver en el cine por sus efectos especiales".
Ya veremos si da para más. La cosa está mala en hollywood, por eso me estoy pasando a Bollywood ;)
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