Siguiendo con el hilo de mis esperanzas, hay algo que quiero comentar como síntoma del mal estado de nuestra vida política un fenómeno preocupante: Su Futbolización
La política, como actividad, consiste en un proceso mediante el cual una sociedad toma decisiones respecto a su propio ordenamiento. En un caso ideal, esas decisiones deberían estar orientadas a buscar una mejora del bienestar del conjunto de sus integrantes.
En una sociedad madura y responsable, las discusiones sobre política deberían estructurarse en función de las reglas lógicas elementales para evaluar diferentes propuestas. O sea, argumentación racional y lo más objetiva posible.
Sin embargo nuestras figuras políticas y formadores de opinión profesionales, faltas como están de argumentos serios y razonados, apelan constantemente a las más básicas pasiones de la sociedad para ponerlos de su parte. La bondad de las ideas per se se supedita con demasiada frecuencia a juicios previos dependiendo de su procedencia: (si es de los míos: bueno. de los otros, malo).
Esta estrategia, claro está, funciona porque... somos gregarios por naturaleza. La mayoría de nuestros conciudanos se implica emocionalmente en la política como si de equipos de fútbol se tratase. Es decir, visceralmente.
Esto es muy preocupante porque cuando se cae en la lógica de las trincheras, no es posible construir acuerdos sólidos. Una sociedad sana no puede sostenerse desde la confrontación pasional.
¿Alguien puede decirme en qué se diferencian éstas escenas?
4 comentarios:
Pues si, la verdad que la gente se toma la política como un boca-river,¡qué malos son los fanatismos!
Pues realmente, casi todo es igual, todos están celebrando que los que han ganado van a "trincar el taco", el único matiz es que el "taco" de unos se llaman primas y están pactadas y son por objetivos, vamos como el "bono", y la de los otros se llaman comisiones y no están pactadas y el objetivo es cuantas mas consigas "pos mejón".
@Marnos: Esa es mi tesis de partida. Los fanatismos están reñidos con la razón.
@jmvela: Es lo más curioso en ambos casos. Puedo entender celebraciones por parte de los que van a pillar "cacho". Pero... ¿Y toda la gente que hay con las banderitas? ¿todos esos vana pillar algo?
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Esto último también se refiere al fútbol. El nivel pasional en la muchedumbre me parece muuuuuy peligroso.
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Para celebrar los recientes títulos de liga y copa (o el ascenso del Betis), se echaron a la calle muchas más personas de las que hay en Sol.
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¿Qué es más importante?
Pues yo antes era del Madrid, y cuando digo abiertamente que ahora soy del Barça mis compañeros de trabajo me acusan de ser un "chaquetero". No parece estar bien visto el que uno cambie de opinión.
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