Siempre he dicho que odio el paso del tiempo. Más concretamente odio mi falta de control sobre el tiempo. Por más que viva, sé que no podré llevar a cabo todas las cosas que deseo. Cuando reflexiono sobre nuevos retos, acabo consumido por la impotencia. Siempre me falta tiempo.
Con el fin del verano, se han cumplido dos años desde que comencé mi andadura como entrenador. Han sido dos años intensos, hermosos y exigentes que he aprendido, sufrido y disfrutado enormemente.Al terminar la temporada pasada decidí tomarme un tiempo de reflexión. Cambios en mi trabajo y un nuevo hijo en camino reclaman de mi más tiempo y dedicación. Aunque tenía ganas de continuar, mi capacidad para trabajar tanto tiempo a la semana había de ser forzosamente menor.
Plantée mis dudas a mi familia, al director técnico y a otros entrenadores. ¿Continuar? ¿Abandonar? ¿Qué dilema? Al final, tras mucho estrujarme los sesos y como casi siempre, mi pasión por el baloncesto acabó venciendo (más o menos).
Esta temporada será para mí un paso adelante y medio atrás. Por un lado, sigo como entrenador en el club, pero dejaré la categoría infantil para trabajar con cadetes. Esto significa que tengo la oportunidad de seguir con el mismo grupo ESTUPENDO con el que llevo compartiendo dos años de alegrías y sufrimientos.
Otro cambio respecto a temporadas pasadas es que dejaré de ser el máximo responsable para ocupar el cargo de segundo entrenador. Me parece la mejor opción.
Por un lado, tres niños en casa y mis frecuentes viajes laborales implican que no estaré disponible para trabajar con el equipo bastantes veces. El sentido común aconseja que la figura de primer entrenador la ocupe alguien con mayor disponibilidad de tiempo.
Por otro, apenas estoy aprendiendo el oficio. Mi experiencia y conocimientos técnicos son claramente mejorables (p.ej. preparación física) para ofrecer garantías en un equipo cadete. De modo que agradezco enormemente la oportunidad de trabajar con alguien más experimentado que yo (Marta Moral) de la que aprender.
En términos deportivos, la plantilla prevista guarda ciertas similitudes con la que tuvimos el primer año que trabajé con el Infantil. Carecemos de jugadores altos de garantías. Con esa limitación tendremos que trabajar y espero que sepamos sacarle partido para crecer como grupo y en conocimiento del juego al menos tanto como hace dos años.
Si todos trabajamos juntos, podremos dar UN PASO ADELANTE.
Plantée mis dudas a mi familia, al director técnico y a otros entrenadores. ¿Continuar? ¿Abandonar? ¿Qué dilema? Al final, tras mucho estrujarme los sesos y como casi siempre, mi pasión por el baloncesto acabó venciendo (más o menos).
Esta temporada será para mí un paso adelante y medio atrás. Por un lado, sigo como entrenador en el club, pero dejaré la categoría infantil para trabajar con cadetes. Esto significa que tengo la oportunidad de seguir con el mismo grupo ESTUPENDO con el que llevo compartiendo dos años de alegrías y sufrimientos.
Otro cambio respecto a temporadas pasadas es que dejaré de ser el máximo responsable para ocupar el cargo de segundo entrenador. Me parece la mejor opción.
Por un lado, tres niños en casa y mis frecuentes viajes laborales implican que no estaré disponible para trabajar con el equipo bastantes veces. El sentido común aconseja que la figura de primer entrenador la ocupe alguien con mayor disponibilidad de tiempo.
Por otro, apenas estoy aprendiendo el oficio. Mi experiencia y conocimientos técnicos son claramente mejorables (p.ej. preparación física) para ofrecer garantías en un equipo cadete. De modo que agradezco enormemente la oportunidad de trabajar con alguien más experimentado que yo (Marta Moral) de la que aprender.
En términos deportivos, la plantilla prevista guarda ciertas similitudes con la que tuvimos el primer año que trabajé con el Infantil. Carecemos de jugadores altos de garantías. Con esa limitación tendremos que trabajar y espero que sepamos sacarle partido para crecer como grupo y en conocimiento del juego al menos tanto como hace dos años.
Si todos trabajamos juntos, podremos dar UN PASO ADELANTE.
¡A por ellos!
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